Ahora, solo ves a tipos frente a un micrófono hablando sin parar durante al menos 8 minutos para poder monetizar el vídeo, pero hubo una época en la que YouTube era mucho más que eso. Creatividad, momentazos épicos y vídeos inolvidables se compartían sin esperar nada a cambio. Gran montaje de Zapatou cargado de nostalgia