Por lo visto, nuestro protagonista compró un automóvil en el concesionario Mazda durante la mañana del lunes 9 de diciembre. Horas después, llamó al concesionario con la intención de devolver coche, pero le informaron de que la compra era final y que el vehículo había sido adquirido bajo la modalidad de “tal cual” o “as-is”, lo que implica que no era elegible para devolución o reembolso. El resto de la historia la puedes ver dando play al vídeo.