Te estarás preguntando cómo acabé con la espalda así… Pues fue en mi empeño de saltar desde el trampolín a 10 metros de altura. Así fue el espaldarazo:
Cuando tu smartwatch te salva de una buena carnicería Con la cantidad de tendones y venas que pasan por ahí, no quiero ni imaginar lo que hubiese pasado.
Y hoy, a las 6:30 de la mañana en Vietnam… Vaya momentazo. Un señor que intenta cerrar una puerta de hierro, un ‘rider’ que pasa en ese momento y menuda la que se podría haber liado. Por suerte y gracias a la ayuda del motorista, la cosa no fue a más.