Cremosas, jugosas, líquidas, con cebolla o sin ella: el mundo tortillero ofrece posibilidades casi infinitas, y hoy descubrimos varios sitios de la capital donde las preparan muy bien.
«Acabamos de mudarnos a este apartamento hace 2 días, y ya me han destrozado parte de las persianas, pero es que son tan lindos que cuesta enfadarse con ellos». La verdad es que con esa pose es imposible echarles la bronca.