Cosas así me pasan casi a diario. Mi último gran despiste fue abrir la puerta de mi casa con el mando del coche (True Story). Cuando fui consciente de la estupidez (después de ver que la puerta no se abría) miré a un lado y a otro, a ver si alguien me había visto. Vergüenza máxima.
Hoy vas a ver algo que nunca te han enseñado los documentales de la 2. Una pitón reticulada tirándose un gran pedo con regalo completo (aviso para los sensibles). Lo bien que se habrá quedado la joía bicha.