Que nada te estropee una buena cena

Un hombre con casco y armado llega a la terraza de un restaurante y obliga a los clientes a entregarle sus móviles y joyas. Atentos a nuestro protagonista, que sigue comiendo tranquilamente sus alitas de pollo mientras le entrega su teléfono al ladrón. Perfecto ejemplo de actitud Zen.