Recuerdo el día que fui a Ceuta con el mar bravo, la fatiga que pasé y lo que largué en el barco (y eso que solo fue un rato). No quiero ni imaginar estar así todo el día.
Sólo tienes que subirte a un barco y navegar por las moviditas aguas del Mar del Norte. Mira este pescador noruego cómo se divierte saltando en el momento justo desafiando las leyes de la gravedad.