Verlo correr con esas zapas tiene que ser un espectáculo… Pero personalmente me quedo con los superbrazos. Un guantazo con esa mano abierta debe ser inolvidable.
Samurai Bar, en Tokio (Japón) A saber lo que te cuesta un cóctel adornado por fuego, humo y cubitos de hielo tallados a mano.