Está claro: cuanto más moderna es la camilla, más probabilidades hay de liarla. Aquellas camillas de antaño que básicamente eran dos palos de escoba y un paño nunca fallaban.
Y seguramente habrá recorrido decenas de kilómetros para llegar a ese lugar, por lo que el tipo tendrá que regresar caminando con la bicicleta. Qué artista.