Mi segundo coche fue un VW Golf de primera generación traído de Alemania (así salía más barato). En invierno con su calefacción era calentito como ninguno, pero en verano ibas a Chipiona y se calentaba cosa mala. Dos veces me dejó tirado.
De ser real este vídeo (que uno ya no se fía de nada), sería de los más espectaculares que he visto este año: un rayo cayendo justo en la pelota que acaba de lanzar nuestro amigo golfista. Algunos informativos ya se han hecho eco del momentazo.