- Pan untado sobre el teclado de un portátil.
- Pan sin haber sido tocado.
- Pan tocado con manos sucias.
- Pan tocado con manos lavadas con agua y jabón
- Pan tocado con manos “desinfectadas” con gel hidroalcohólico.

A la hora de explicar algo a los niños, a veces, un buen ejemplo es mejor que las palabras. Eso es exactamente lo que Jaralee Metcalf, una maestra de Idaho, decidió hacer para mostrar a sus alumnos la importancia de lavarse las manos adecuadamente.