Dicen que en el cine (salvo contados casos) las segundas partes nunca fueron buenas. En el caso de La Máscara 2 (El Hijo De La Máscara) el dicho se cumple a la perfección.
En 1999 un grupo de personas reflotó el género cinematográfico ‘comedia para adolescentes’. Fue el comienzo de una saga que empezó muy bien, después se fue al carajo y que volvió para terminar dignamente.