La imprudente turista se acercó demasiado a dos bisontes. Cuando uno de ellos salió a embestirla, la mujer tropezó y cayó al suelo, haciéndose la muerta.
A pesar de la imprudencia de saltarse el semáforo en rojo, hay que reconocer que hoy era su día de suerte. Míralo, allá va a toda leche a echar la Lotería Primitiva.