Imagina asomarte a la ventanilla y ver esta estampa. Diarrea instantánea como mínimo. Sucedió ayer en Denver (EE.UU.). Una hora después del despegue, el avión pudo aterrizar en otro aeropuerto de forma segura.
Eso sí, a algunos vecinos de Broomfield (a las afueras de Denver), le cayeron piezas y trozos del motor. Nadie resultó herido.