Te estarás preguntando cómo acabé con la espalda así… Pues fue en mi empeño de saltar desde el trampolín a 10 metros de altura. Así fue el espaldarazo:
Cuando tu smartwatch te salva de una buena carnicería Con la cantidad de tendones y venas que pasan por ahí, no quiero ni imaginar lo que hubiese pasado.