Al contrario de lo que muchos creen, este método de finales del siglo 19 era real y se usaba para ‘tratar’ el dolor de cabeza. La idea era que al golpear la olla con el martillo continuamente, el cerebro interpretase esas vibraciones y ese estímulo para ‘atenuar’ así el dolor de cabeza.
Mucho más divertido que el paracetamol, dónde va a parar.